martes, 12 de enero de 2010

Europa y el mundo en 2025


"Hay que mirar hacia Asia" es la conclusión principal y poco sorprendente del informe El mundo en 2025, elaborado por expertos europeos por encargo de la Comisión Europea. Pero los detalles y recovecos en torno a la ciencia y la tecnología de este interesante ejercicio de prospectiva merecen adentrarse en él.

MALÉN RUIZ DE ELVIRA
20 DE OCTUBRE DE 2009



Los autores del informe son un grupo de expertos formado por la Comisión Europea (CE) en 2008, entre los que no hay ninguno español. Ya en el inicio del redactado se curan en salud al recordar una famosa frase del físico Niels Bohr: “Es muy difícil predecir, sobre todo el futuro”. Todo indica que tal afirmación sigue vigente. Así que todo lo que viene después debe tomarse como lo que es, una aproximación a lo que va a pasar a partir de la identificación de tendencias y tensiones actuales o emergentes.



Los análisis de crecimiento demográfico para 2025 indican que la población europea constituirá únicamente el 6,5% de la población mundial. Probablemente para entonces, Asia, donde vivirá el 61% de la población mundial, habrá alcanzado o incluso adelantado a Estados Unidos y Europa en investigación científica. Los cálculos indican que en esa fecha China e India representarán el 20% de la I+D total (más del doble que su peso actual).



Campos clave



Los expertos no sólo miran hacia la posible situación futura; también identifican los campos en los que son necesarias acciones para garantizar el futuro de Europa, que pasa por no quedar descolgada en I+D y seguir siento uno de los líderes mundiales en este campo. En este sentido, son áreas imprescindibles las tecnologías para el ahorro de energía, la investigación en desarrollo sostenible y cambio climático, la salud y la contención de enfermedades, la seguridad alimentaria y la seguridad en general.



El informe propone acciones para garantizar que Europa no quede descolgada en I+D

El informe propone algunas armas para evitar que Europa deje de ser un modelo de bienestar, como mantener el acceso global al conocimiento y garantizar o contribuir a establecer estándares internacionales en ciencia y tecnología. “Asegurar el acceso al conocimiento a través de redes globales también significa ser atractivo para los investigadores y las inversiones que vienen de fuera”, señala el comunicado.



El tema de los investigadores es crucial, porque en la actualidad es Estados Unidos el que utiliza con mayor provecho la fuerza laboral exterior. Se prevé que de la ‘fuga de cerebros’ se pase a la ‘circulación de cerebros’, y que los jóvenes investigadores se trasladen a futuros polos educativos y científicos en varias regiones del mundo. Se estima que en 2025 habrá 645.000 estudiantes chinos y 300.000 estudiantes indios fuera de sus países. También se espera que más estudiantes europeos se trasladen a estos dos países.



Deberes europeos



Asia será la principal base de las empresas basadas en I+D. Por su parte, Europa debe plantearse ya si va a dejar que pase lo que sucede actualmente en Estados Unidos, que otros países le adelanten en campos científicos no tradicionales (tecnologías de la información y biotecnología). Además, las áreas de investigación conocidas como ‘del sur’ o del Tercer Mundo, relacionadas con la investigación para el desarrollo, serán también muy importantes. “Los movimientos en Asia pueden ser, más que una amenaza para el resto del mundo, una oportunidad, y en especial para Europa”, comenta uno de los autores del informe. Se supone que en 2025 Europa estará especializada en exportar productos de alta gama. Es una producción desconocida por ahora pero que puede aprovechar un rápido crecimiento en Asia que se acompañará, probablemente, de una creciente desigualdad en la capacidad adquisitiva de la población.



De hecho, el factor clave es el futuro aumento de la población. Y cada vez lo será más, según los expertos: “El aumento de la población es ya un buen indicativo de las futuras oportunidades de mercado, de las aspiraciones consumistas no cubiertas, mejor que el actual producto interior bruto (PIB)”.



CONFLICTOS Y AMENAZAS
Algunos de los redactores del informe también señalan la futura emergencia en Europa de conflictos sociales en torno a avances científicos y tecnológicos en áreas como las ciencias cognitivas, las nanotecnologías, la biología sintética, las tecnologías de vigilancia, la manipulación genética y otros. Y van más allá, porque no excluyen de su análisis las amenazas a las que se enfrenta el mundo entero, entre las cuales una guerra (más posible entre 2010 y 2020) y el primer colapso de una ‘macrociudad’ del Tercer Mundo. En el marco de nuestro continente existe también el riesgo de colapso político en la UE, una crisis universitaria europea y la creación de nuevo paradigma tecnoeconómico que primero se asentará en Asia.



En plan abiertamente pesimista, también se contempla la posibilidad de una recesión global. Ésta se debería a los límites físicos de los recursos básicos disponibles: agua, fuentes de energía, espacio para viviendas, terreno agrícola. Los expertos lo denominan el ‘escenario malthusiano’.



Pero desde un punto de vista más optimista, se presenta un proceso de globalización más amplio y mejor controlado. Vendría representado por una nueva ola tecnológica (la cuarta revolución industrial) relacionada con las energías alternativas y el desarrollo sostenible, y un ‘superciclo’ de crecimiento, sostenido por el gran peso de las economías asiáticas y emergentes (como Brasil). Este proceso tendría efectos similares a los resultantes de la integración, en el siglo XX, de Estados Unidos en la economía mundial.