Reproducimos a continuación el articulo publicado por Alberto Artero S.Mccoy en El Confidencial
S. McCoy 01/12/2011 06:00h
Nada que celebrar, ayer Europa evitó por los pelos su colapso.
Día curioso el de ayer. Los principales bancos centrales del mundo anunciaron una inyección ilimitada de fondos a tres meses con objeto de paliar la escasez de liquidez a nivel mundial, especialmente en dólares. Algo que subrayamos como crítico en esta misma columna el martes pasado y que amenazaba con impactar severamente en la economía y el comercio mundiales. Celebración comunitaria con la bolsa disparada. ¿No se darán cuenta los inversores de lo que realmente supone? La Fed, con la connivencia de varios de sus homólogos, ha rescatado Europa a través de sus bancos. Hemos estado más cerca que nunca de un suceso a la Lehman desde el inicio de esta segunda fase de esta crisis, la que gira alrededor de la deuda soberana. Lo que no sabemos es la víctima propiciatoria, aquella cuya imposibilidad de cerrar libros provocó la reacción conjunta. La analogía no es de un servidor sino el equipo de divisas de Citigroup (informe available upon request), que viene alertando sobre el particular desde hace días con base en el Cross Currency Swap, el Libor-OIS y el Ted Spread (LIBOR menos letras a tres meses), en niveles no vistos desde octubre de 2008. Estoy de acuerdo: alerta roja, acción inmediata.
Aceptada esta realidad, cabe hacer a bote pronto las siguientes reflexiones sobre la medida:
1.Nunca antes en la historia de las finanzas se había producido una expansión monetaria a nivel global de la escala de la actual. Por tanto el problema no está en la cantidad de dinero existente en el sistema sino en la falta de circulación del mismo.
2.No circula, ni lo va a hacer, en la medida en que la banca comercial, agente económico en quien queda delegada esa tarea, se siga enfrentando a sus dificultades de solvencia y financiación actuales, que le obliga a reforzar en el peor momento posible los recursos propios y a conservar tesorería como oro en paño. Círculo vicioso en los que las dudas sobre los primeros, deterioran la segunda lo que, a su vez, incide negativamente en la viabilidad de las entidades sospechosas. Y vuelta a empezar. La trampa de la liquidez es una prioridad para buena parte de las instituciones financieras mundiales. Ni dan, ni van a dar crédito frente a las rimbombantes declaraciones oficiales. Contraer el activo y reducir dependencia mayorista es lo que persiguen con denuedo a día de hoy.
3.De ahí que quepa afirmar que acabamos de vivir un nuevo capítulo de riesgo moral. La política monetaria actúa a sabiendas de que su impacto directo sobre los ciudadanos va a ser nulo pero permite mantener a flote el sistema bancario, cuya quiebra desordenada sí que podría traer consecuencias sociales desastrosas (justificación oficial de dudosa legitimidad ante la falta de prevención, primero, y reacción, después; de esos barros…).
4.Sin embargo, actuar sobre las consecuencias y no sobre las causas de los problemas suele ser receta para el fracaso. A los pecados propios de la banca se une ahora su disparatado coste de financiación, derivado también del exigido por el mercado a algunas naciones ante las dudas existentes sobre su capacidad para hacer frente a sus compromisos de pago. Resulta perentorio actuar sobre esta variable, dando contrapartida ilimitada a su deuda soberana en los mercados primario y secundario. Este es el único parámetro que puede calmar la tempestad a corto plazo con efecto sobre el conjunto de los agentes económicos. Antes que eurobonos o cualquier otro instrumento de política fiscal. La situación es crítica.
5.La palabra clave, como ya saben de sobra todos ustedes, es confianza. Aquellos activos que son considerados como seguros siguen recibiendo dinero a espuertas. No en vano las letras alemanas a un año, por citar el ejemplo más cercano, ofrecen a día de hoy rentabilidades nominales negativas nunca vistas. ¿Miedo a la deflación o refugio en tiempos de tormenta? Visto lo que ha ocurrido con los bonos estadounidenses o ingleses, me inclino más por lo segundo.
6.La vida diaria prueba que la confianza es un atributo que tarda tiempo en conquistarse y se desvanece al más mínimo desliz. Por tanto, no se reconstruirá con parches que no van a la raíz de lo que está ocurriendo sino mediante el establecimiento de un marco operativo acorde con la realidad de las finanzas públicas y privadas de los países bajo vigilancia. Es algo que lleva su tiempo. En el interim lo fundamental es abaratar la carga de intereses de países cuyo crecimiento futuro será escaso o nulo, cuando no negativo. Cualquier tipo de mercado por encima del aumento nominal de la riqueza de un país genera una bola financiera de fácil engorde en la que, incluso, el pago del principal adeudado por la nación en cuestión queda relegado a un segundo plano.
7.En lo que sí supone una novedad, China ha sido la primera que esta madrugada, a través de su banco central, ha encendido la llama para lo que habría de venir después a través de una rebaja de su coeficiente de caja en 50 puntos básicos, la primera desde... Lehman, otoño de 2008, tras haberlo subido hasta seis veces en lo que va de 2011. Aún así queda en el 20%. Será seguro casualidad. O no. El mundo poco a poco va girando su eje económico-financiero hacia el este…Cuidado con lanzar alegremente las campanas al vuelo. Se trata de un rescate en toda regla que surge del tensionamiento percibido por parte de las autoridades monetarias en los distintos indicadores de financiación bancaria. Alerta, por tanto, de un punto próximo al no retorno en el que el entramado de las finanzas mundiales, sobredimensionadas respecto a la economía real, amenaza con desmoronarse como un castillo de naipes, gentileza de unos políticos incapaces de sacar esto adelante y de la interconexión financiera global. Y persigue salvar la foto de cierre de ejercicio de muchas entidades financieras. Nada es casual en este mundo tan perro.
No tiene sentido, ante noticias como ésta, poner el modo riesgo en ON. Suena más a cierre de cortos, por si acaso y con la vista puesta en la Cumbre Europea del día 9, que a compras masivas de gente alejada del mercado. Y es que hay poco que celebrar y mucho, por el contrario, que reflexionar sobre las implicaciones de lo sucedidon ayer. Acabamos de ganar tres meses más pero la marea de fondo sigue intacta. La pelota sigue en el alero de los mismos de siempre. Dios nos pille confesados. Esperemos que tomen por fin conciencia de lo que está pasando ahí fuera. Por si acaso, no se dejen llevar por los cantos de sirena débiles de volumen y frágiles de consistencia.