domingo, 12 de octubre de 2014

Los excesos del optimismo naif

Los excesos del optimismo naif  (Click To See)




I
ronía: antídoto contra la candidez


El reciente fallecimiento del actor Robin Williams ha vuelto a recordarnos el llamado síndrome del payaso triste. Muchos profesionales del humor son personas que han tratado de hacernos reír usando como material su malestar psicológico. El humor que más éxito tiene no es el chiste blanco, iluso, sino más bien el gag irónico (o incluso cínico) que proviene de una mente lúcida que conoce las grietas de la vida.

Una de las mejores metáforas de los riesgos del optimismo naif sucede en Aterriza como puedas. En medio de la caótica situación que se plantea en la película, una risueña azafata pide a una monjita una guitarra para poder amenizar el sufrimiento de una niña enferma. Con ella, empieza a cantar una enérgicamente vitalista canción coreada por todos los pasajeros… sin darse cuenta de que, con sus alegres movimientos, ha quitado el goteo a la niña que está a punto de morir sin que nadie le haga caso en medio del cándido alborozo general: YouTube.com/watch?v=LghdmMYOdho.
Nuestras expectativas no cambian la realidad, que tiende a ser muy tozuda. Si nuestra candidez nos impide ver los problemas, lo único que conseguimos es dejarlos en ese segundo plano –como la niña enferma de Aterriza como puedas– en el que es imposible tratarlos.