Pilar Blázquez | El Diario | 12/10/2014
Por si alguien tenía alguna duda, la brutal crisis financiera de los últimos años no ha servido para nada en cuanto a prácticas de riesgo financiero se refiere. Es cierto que tras la caída de Lehman Brothers, los gobiernos pusieron en marcha una carrera (o más bien paseo, dado lo que están tardando en aplicarlas) por cambiar las reglas que habían permitido a los bancos asumir riesgos descontrolados. Pero ese celo regulatorio que ha caído sobre los bancos tradicionales no ha servido para mitigar el riesgo de colapso financiero mundial. Solo lo ha trasladado. Incluso lo ha multiplicado, como advierte también nada menos que el Fondo Monetario Internacional.
La cifra, por supuesto, es aproximada porque, como su nombre bien indica, ese crédito está lejos de la luz y los taquígrafos que se aplican a la banca tradicional. Una de las demandas que pide el FMI es que los gobiernos hagan un esfuerzo por vigilar ese riesgo paralelo ya que su descontrol puede ser el origen de un nuevo colapso mundial.