Patrioterismo financiero y prohibición de cortos, mal negocio
“La movilidad de capitales tiene una connotación de poca ética y poco patriotismo” Juan Antonio Maroto
"Si el veto a las posiciones cortas se mantiene mucho tiempo tiene efectos negativos que duran de forma indefinida”. Julio Segura, CNMV.
Percibo en España una ola renovada de patriotismo -patrioterismo, diría yo- defensivo, atrincherado, ombliguista, que vuelve a los argumentos tradicionales de "nos atacan", "nos tienen envidia" y similares. Nos damos palmaditas en la espalda por las constantes intervenciones contra el movimiento de capitales, por las medidas intervencionistas como limitar los derechos de voto en las empresas, introducir impuestos confiscatorios y por ser el único país de la OCDE que prohíbe las posiciones cortas. Un éxito "rotundo". Con todas las posiciones cortas prohibidas, la bolsa española ha conseguido el prodigio sin precedentes de subir ligeramente más -un raquítico 4%- que la italiana o un mísero 5% más que la portuguesa, ambas sin prohibiciones, ambas tan europeas, endeudadas y periféricas como la nuestra. Y vemos los volúmenes de contratación desplomarse. Un éxito. Una caída del 36% en volúmenes y del 40% en operaciones.
Me encuentro con brokers y casa de inversión nacionales que piden desesperados algo de negocio, e inversores minoritarios que se encuentran que las pequeñas ganancias que habían acumulado van a ser confiscadas con nuevos impuestos si venden. Y no veo ningún gran fondo internacional, ni a ningún hedge fund, preocupado. Si decidimos darnos un tiro en el pie, allá nosotros. En el 2008 la bolsa que más subió fue la de Zimbabwe. A ningún gestor se le redujo su bonus o se le recriminó el "no estar invertido" en una bolsa intervenida. Si hacemos de nuestro país "uninvestable" -imposible de invertir-, el problema es nuestro.
Y pensar que, por ejemplo, el Banco Popular habría cubierto toda su ampliación de capital si hubieran levantado los cortos. Efectivamente, quienes estuvieran cortos tendrían que cubrir y otros podrían hacer una inversión larga en Popular y corta en otro valor o en el índice para cubrir el riesgo y, como ocurrió en Italia, los hedge suscribirían gran parte de la ampliación de capital.
Sobre las posiciones cortas se mueven muchos mitos:
- Que son una novedad de ingeniera financiera. Las posiciones cortas existen desde 1949.
- Que hunden las cotizaciones. Las cotizaciones se hunden cuando los resultados y la situación financiera empeora. ¿Por qué las posiciones cortas no afectan a Inditex, o a Tecnicas Reunidas o a Viscofan, que son tan españolas como las demás?
- Que son posiciones "bajistas". Falso. En su mayor parte se usan para financiar posiciones largas. Vean mi post "Mi vida en un hedge fund, en el corazón de la batalla" detallando para qué y cómo se usan.
La decisión de prohibir cortos denota debilidad y transmite falta de confianza. Pero sobre todo, cuando se mantiene durante mucho tiempo empieza a generar efectos negativos, como el propio Julio Segura, ex-presidente de la CNMV, comentó recientemente.
El propio presidente de la SEC, tras la errónea e inefectiva decisión de prohibir los cortos dijo "en su conjunto la SEC no volvería a hacerlo, los costes superan a los beneficios". Efectivamente, no sólo se multiplica la volatilidad y se cercenan los volúmenes sino que se incrementan los costes de contratación.
Por supuesto, no debería tener que recordar que la FED en su informe"Market declines: what is accomplished by banning short selling" analizaba claramente el impacto irrelevante de las posiciones cortas en el mercado. La propia CNMV en su informe de 2011 dejaba bien claro que "es difícil refutar los efectos positivos que tienen las ventas a corto sobre la liquidez, la eficiencia e incluso la estabilidad de los mercados de acciones".
Las subidas de la bolsa de agosto ni se deben a prohibiciones ni a otra intervención que no sea el "bazooka" de Draghi y el BCE sobre la deuda soberana, que ha llevado la prima de riesgo de 600 a 390 puntos basicos. De hecho, con posiciones cortas abiertas, las subidas generadas por el "efecto Draghi" hubieran sido superiores, muy probablemente.
En 2008 la prohibición de cortos no hizo nada sobre los valores sujetos a la intervención igual que en esta ocasión no ha hecho nada, al alza, comparado con valores tan endeudados como los españoles. Pero, desde luego, si se ha hecho algo es acrecentar el riesgo sistémico y la volatilidad. Con volúmenes tan bajos, y mala liquidez, las caídas son exageradas y las subidas también. Enhorabuena si es usted un day trader con cuatro duros que gestionar, porque cualquiera con más de 200 millones simplemente no puede asumir un mercado seco, intervenido y ultra-volatil.
Patriotismo financiero... o patrioterismo
Cuando exigimos que el capital invierta en nuestro país, deberíamos preocuparnos por hacer de nuestro país atractivo para la inversión, no poner zancadillas a los inversores, sean financieros o reales. Un país donde la presión fiscal se dispara, el intervencionismo y la burocracia ahogan a los que traen capital y donde se penaliza al que genera rentabilidades adecuadas para compensar las perdidas de los sectores subvencionados y los clientelistas, no puede exigir que el dinero fluya alegremente.
Esta semana he visto a muchos fondos interesados en invertir en España. Tiene toda la lógica. Es un país moderno y en el que todos hemos confiado durante décadas. Sin embargo, la mayor preocupación no es sólo la caída de expectativas empresariales y el empeoramiento económico, ya que esas variables se descuentan en las valoraciones. Lo que más preocupa es que se siga practicando un gobierno corporativo de "puertas cerradas", entre amigos. El chanchulleo. Que muchas empresas y entidades españolas, con actividades y activos atractivos, pero con necesidades de capital monstruosas, sigan jugando al Monopoly entre amigos y piensen que todo se solucionará entre colegas es un enorme peligro.
Cuando ponemos cortapisas, intervenciones, inseguridad jurídica y falta de transparencia no podemos quejarnos de que nos atacan, de que no son patrióticos y de que no es ético. La inversión en nuestro país se ha dado siempre que ha habido seguridad y un entorno inversor adecuado. Si no, a base de impuestazos, cambios de reglas, y confiscación de beneficios,lo único que conseguimos es jibarizar nuestra economía, evitar el dinamismo y hacer a nuestras empresas mas débiles.
Nos dicen que estamos estigmatizados, como comenta mi buen amigo Jose Ramón Iturriaga, nos dicen que nos tienen manía. Sin embargo si ven la evolución de las bolsas es muy similar a la caída brutal de beneficios, añadida a la caída brutal de la seguridad jurídica, a la confiscación de beneficios y perdida del atractivo inversor, en un país donde se tarda más en abrir una empresa que en Zambia. No nos quejemos, atraigamos capital.
El capital inversor no es una donación. Tenemos que evitar que los inversores perciban a España como Rusia o Francia, que cotiza a niveles bajísimos por su riesgo de gobierno corporativo, por su intervencionismo y por el efecto "chanchulleo entre oligarcas". Abramos las ventanas, atraigamos capital, compitamos como sabemos competir, como hacen nuestras empresas en todo el mundo. Compitamos para parecernos a los mejores, no a los peores.