miércoles, 5 de octubre de 2011

Carmignac pide a Trichet compras ilimitadas de bonos y rebaja de tipos al 0%

"Muy señor mío:


Adiós, ¡no se le va a echar de menos! Durante su carrera le ha asestado un golpe fatal a la industria francesa, con su política de franco fuerte en los años 90, ha profundizado el impacto de la crisis de 2008 por subestimar su escala y, más recientemente, ha puesto en peligro la supervivencia del euro con subidas de tipos poco meditadas y con el claramente insuficiente apoyo a la deuda de los países europeos más débiles.

Mañana, presidirá la reunión del Consejo del BCE por última vez. Esta será su última oportunidad para salir con una nota positiva. Puedo, por ello, proponerle las siguientes propuestas para su consideración:

- Recorte de los tipos de interés oficiales del BCE al 0%. Rebajar inmediatamente la carga de la tasa de interés del conjunto de la Eurozona en un 1,5% daría un impulso positivo, en particular, a los estados miembros más débiles. También tiene la ventaja de ayudar a combatir la sobrevaloración del euro, que ha sido muy negativa para las exportaciones durante cerca de cinco años.

- Hacer una declaración de intención de compra de cantidades ilimitadas de deuda de los países en dificultades sin esterilizar estas intervenciones. Para evitar cualquier tipo de abuso, se podría aplicar que una vez que el total de compras del banco superen un determinado porcentaje del PIB de un país, el país en cuestión tendría que seguir un programa de ajuste estructural del FMI.

Dar al BCE un papel mayor en el mercado de deuda soberana resolvería dos problemas principales. Daría a los países debilitados renovado acceso a los mercados en términos no prohibitivos. Además, aliviaría a los bancos europeos de la más que problemática necesidad de recapitalización masiva e inmediata, exigida por la depreciación de sus bonos de deuda soberana.

Finalmente, independientemente de lo que digan los monetaristas, la liquidez creada a través de estas intervenciones no sería inflacionaria. Se limitaría a reducir sensiblemente la fuerza de las poderosas fuerzas deflacionarias generadas por el desapalancamiento generalizado, al tiempo que ejercería presión a la baja sobre el euro. Pero ¿no sería preferible un euro débil a un no euro en absoluto?

La situación es grave y exige medidas inmediatas. Las vicisitudes de la construcción europea implican que ni los políticos ni ninguna institución más allá del BCE están en condiciones de actuar con decisión. Por lo tanto, la formidable tarea de llenar este papel es tuya.

Espero sinceramente que el ferviente funcionario que todos sabemos que es se revele en un verdadero estadista.
Le saluda atentamente,



Edouard Carmignac



CARMIGNAC GESTION"