viernes, 28 de septiembre de 2012

Egan Jones coloca a España en default técnico

No son Moody’s, no son Standard & Poors ni son Fitch, son Egan Jones, una agencia derating mucho menos conocida pero que a diferencia de las 3 grandes, al menos no cobra de los clientes a los que califica sino que le pagan los inversores, un modelo a priori mucho más independiente que entre otras cosas le ha permitido rebajar el rating a los mismismos EEUU antes que cualquier otra agencia y encima por dos veces en los últimos18 meses.
Pues bien, ayer Egan Jones, anunciaba que rebajaba  la calificación de la deuda  soberana española de CC+ a CC con  perspectiva negativa  hasta la categoría C. Lo que a efectos prácticos es un default técnico.
Lo mejor de Egan es que suele dar motivos bastante claros en lo que ven como una más que “probabe” quita de la deuda para los tenedores de bonos.
(No se si será problable o no, porque nuestros gestores tienen una enorme capacidad para seguir liándola cada vez más gorda, pero probablemente es lo que se debería hacer)
Egan Jones indica que Cataluña, Valencia y otras CCAA probablemente necesitarán 20.000 millones de euros en ayuda mientras que afirma que los tenedores de deuda de los bancos débiles se verán obligados a asumir pérdidas, y podría haber también algún intercambio de pérdidas entre todos los bancos.
Egan Jones  cree que el panorama de la economía española es desolador con contracción del PIB estimada en el  1,7%. Por su parte se hace eco de los cálculos realizado por el Instituto Internacional de Finanzas que sitúan las pérdidas por préstamos bancarios hasta los 260.000 millones de euros y, además, destaca la fuga de capitales que sufre nuestro país.
Entre 2008 y 2011, la deuda de España pasó de 436.000 millones de euros a 735.000 millones de euros mientras que el PIB se ha reducido  desde los 1,09 billones de euros hasta los 1,07 billones.
Señalan que España se queda corto en alrededor de 50.000 millones de euros anuales en pagos a la seguridad social, también destaca el coste de 20.000 millones de euros en intereses y otro coste adicional de 20.000 millones de euros relacionado con el crecimiento de activos, de ahí que el aumento anual de la deuda ascienda hasta los 90.000 millones de euros.