domingo, 15 de julio de 2012

Goldman Sachs prevé que España incumpla los nuevos objetivos de déficit


Londres. (EUROPA PRESS).- España sufrirá una contracción del producto interior bruto (PIB) del 1,4% en 2012 y del 1,2% el próximo año, según reflejan las nuevas estimaciones macroeconómicas de Goldman Sachs, que empeora así sus pronósticos para el país, ya que anteriormente preveía una caída de la actividad del 1,2% y del 0,1%, respectivamente.
Asimismo, Goldman Sachs augura que España no será capaz de cumplir los objetivos revisados de reducción del déficit, puesto que espera que el desequilibrio presupuestario al cierre de 2012 será del 6,7% del PIB, frente al 6,3% establecido, mientras que espera que el déficit en 2013 se sitúe en el 5,9%, frente al 4,5% fijado como nueva meta.
Para el conjunto de la zona euro, la entidad prevé que el PIB retroceda medio punto en 2012 y apenas crezca cuatro décimas en 2013, con Alemania a la cabeza de la recuperación al expandirse nueve décimas este año y un 1,3% el próximo, mientras Francia crecerá un 0,2% y un 0,9%, respectivamente.
Por otro lado, Goldman Sachs advierte en su informe de que España probablemente necesite recibir asistencia más allá de la prestada a su sistema bancario como consecuencia de la gravedad de su problema de deuda externa y las rigideces estructurales.
De hecho, la influyente entidad de Wall Street defiende que, a pesar de la atención prestada por los mercados a la deuda pública, el problema de la deuda de España "no es tanto de deuda pública, sino un marcado problema de deuda externa", como resultado de su sobreendeudamiento internacional, que afecta a la banca española y a su economía en general, lo que, como resultado, impacta también en las finanzas públicas españolas.
"España representa un claro ejemplo de la fase de acumulación de deuda de sobreendeudamiento internacional y un ejemplo actual de un cese repentino de la financiación privada", añade Goldman Sachs, que recuerda que, a finales de 2011, los pasivos exteriores netos de España se habían acercado a niveles similares a los de Grecia, Irlanda o Portugal.
A este respecto, el banco estadounidense señala que la ayuda externa para España ha seguido una estrategia de "desapalancamiento asistido", y opina que "las transferencias implícitas en el uso del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para apoyar a los bancos españoles probablemente necesitarán extenderse más allá de los bancos para proteger a España de las presiones de los mercados".
"La gravedad del problema de deuda externa de España, combinado con las rigideces estructurales, supone que este proceso de desapalancamiento asistido necesitará ampliar su alcance para España en los trimestres venideros", señala Goldman Sachs.
En concreto, la entidad considera probable que el FEEF sea utilizado para adquirir deuda española en el mercado primario, lo que no necesariamente implica someter al país a un programa completo de la 'troika', pero sí podría suponer una extensión del actual 'rescate light'. "Nuestro análisis nos lleva a concluir que España necesitará más ayuda exterior, aunque, dadas las limitaciones y el mayor tamaño de la economía española, la forma que adopte este respaldo necesitará ser más flexible de lo que fue en el caso de otras economías", señala.
Ganar competitividad no sólo es cuestión de rebajar salarios
Por otro lado, al analizar la sostenibilidad de la deuda externa española, Goldman Sachs maneja un escenario base en el que esta puede estabilizarse a sus niveles actuales, aunque advierte de que para ello si el sector privado sigue remiso ante los activos españoles, sería necesario más apoyo por parte del BCE y del FEEF para reemplzar esa financiación privada.
Asimismo, destaca que España todavía necesita mejorar su competitividad para que puedan coexistir bajos costes de financiación exterior y de crecimiento. "La requerida mejora en competitividad no es simplemente una cuestión de reducir salarios", subraya Goldman Sachs, que considera crucial acometer "una reestructuración de la economía española desde sectores no negociables, como la construcción, hacia el sector negociable, que se vio desplazado durante los años de 'boom' económico".