miércoles, 27 de junio de 2012

Bruselas se niega a financiar las subastas de CatalunyaCaixa, NovaGalicia y Banco Valencia

La Comisión Europea no está por la labor de que el dinero del rescate a España se 'tire' para subastar las tres entidades controladas por el FROB -CatalunyaCaixa, NovaGalicia y Banco de Valencia- y mucho menos BFA-Bankia. De hecho, prefiere que se liquiden porque considera que saldría más barato. Ante esta situación, el sector da por hecho que las subastas se van a aplazar sine die -no sólo hasta septiembre- y queel Estado tendrá que gestionar estas entidades durante añospara poder sanearlas y conseguir un precio aceptable.

"No tiene ningún sentido inyectar ahora 20.000 millones a estas entidades para que en septiembre se vendan por un euro a otro banco, como ha sucedido con la CAM o Unnim. O peor aún, si además del capital hubiera que dar EPA (esquema de protección de activos) para que alguien se las quede. Bruselas no va a tolerar tirar así el dinero", explica el presidente de una entidad española. En principio, si se les inyecta el capital equivalente a toda la pérdida esperada futura, no haría falta añadir un EPA.

El presidente de otra entidad añade que "las subastas se aplazan hasta las calendas griegas porque si lo hacen a la vuelta del verano van a perder todo el dinero que inyecten. Hará falta mucho tiempo para poder recuperar algo de ese dinero".

El primer banquero recuerda que, en las subastas de CAM y Unnim, el Fondo de Garantía de Depósitos ha sufrido enormes pérdidas que lo han dejado vacío precisamente porque los fondos aportados en forma de capital o de EPA es dinero a fondo perdido, es decir, no se recuperará nunca. Y eso es algo a lo que no está dispuesta la Comisión Europea.

"No estamos hablando de aplazar, sino de cancelar. Al menos un par de años, hasta que se les haya inyectado el dinero del rescate, se les haya saneado con el 'banco malo' y se puedan vender por un precio razonable", explican en un banco de inversión conocedor de estos procesos. "Mientras tanto, habrá una banca pública con las cuatro entidades actuales (y seguramente se sumen algunas más) que tendrán que ser gestionadas por el Estado", añade.

El 'banco malo' es la fórmula elegida por Bruselas para sanear los activos inmobiliarios de las entidades nacionalizadas. Según fuentes de Economía, será un vehículo estatal que no consolide con las entidades y al que se traspasen los inmuebles una vez que éstas hayan asumido una pérdida realista de su valor gracias a la recapitalización que se va a acometer, pero no será generalizado ni obligatorio; sólo se utilizará para las entidades rescatadas.

Bruselas prefiere liquidarlas antes que venderlas

De hecho, antes de utilizar el dinero europeo para 'regalar' entidades insolventes, la Comisión prefiere liquidarlas. El comisario de Competencia,Joaquín Almunia, insistió ayer en que las entidades inviables deben ser liquidadas, no rescatadas. "Decir que hay que liquidar entidades es lo mismo que señalar el que el rey va desnudo", ejemplificó. Y trató de desmitificar esta medida: "En Europa se han intervenido más de 60 entidades, y al rededor de 10 se han liquidado de forma ordenada". El último ejemplo, el alemán WestLB, una entidad con un activo de 400.000 millones antes de la crisis.

"Hay que ir por esta vía cuando el coste de reestructuración es superior al de liquidación. No es aplicable a las entidades sistémicas, pero ésas son las que son", según el comisario. Algo que da a entender que es partidario de que se liquiden las entidades nacionalizadas en España a excepción de Bankia. Entre las cuatro necesitarían una inyección de capital europeo superior a 40.000 millones, según las últimas estimaciones.

Este mensaje se opone radicalmente al que lanza el Ministerio de Economía español, que insiste en que no se va a liquidar ninguna entidad porque sale mucho más caro que venderla. De ahí que la opción más probable, en la negociación que se ha abierto con Bruselas, sea inyectarlas capital y dejarlas en manos del Estado el tiempo que sea necesario hasta poder recuperar al menos una parte del capital inyectado.