"La maltrecha credibilidad de Rajoy pone a España en riesgo de ser rescatada". Así titula hoy un análisis Bloomberg, en el que repasa los errores y cambios de rumbo del presidente del Gobierno español, especialmente en materia de comunicación. La agencia, citando a analistas e inversores, concluye que Rajoy no ha sido capaz de transmitir la confianza necesaria, en contraste con el italiano Mario Monti, que llegó al poder apenas un mes antes. España e Italia se dirigen al rescate: la solución pasa por la inflación o el descenso del euro.
El presidente "ha gastado la mayoría de su capital político ganado hace siete meses", lo que hace que España esté cerca de convertirse en la primera economía de más de 1 billón de dólares que necesita ser rescatada.
La última maniobra errónea fue intentar presentar los 100.000 millones de ayuda bancaria como una victoria, mientras la prima de riesgo seguía subiendo. "Claramente no lo entiende", asegura a la agencia Gary Jenkins, fundador de Swordfish Research y que se ha dedicado al mercado de bonos los últimos 15 años. "España necesita alguien que llegue, comprenda la seriedad de la situación y reaccione, no alguien que pretenda que todo está bien".
Rajoy, al que la canciller alemana Angela Merkel pidió públicamente que aclarara las necesidades de la banca "tan pronto como fuera posible" (aunque le tendió la mano abriendo la posibilidad de compra de deuda por el fondo de rescate), estará bajo escrutinio hoy en su reunión en Roma con la propia Merkel, el presidente francés François Hollande y el primer ministro italiano Mario Monti.
Precisamente, los inversores destacan el contraste entre el italiano y el español, y apuntan al mercado de bonos. En diciembre, cuando Rajoy llegó al poder, el bono italiano a 10 años estaba disparado por encima del 7%, con el bono español cotizando 200 puntos básicos por debajo, en el 5%. Ahora, el bono español cotiza 80-90 puntos básicos por encima del italiano.
Otras instituciones internacionales también se han mostrado críticas con la gestión de Rajoy. El FMI recordó a España el pasado 8 de junio que una estrategia de "comunicación efectiva" es "crítica" para conseguir estabilidad financiera. "El problema español era completamente abordable", defiende Thomas Mayer, economista de Deutsche Bank. "Esto ha sido creado por los problemas de comunicación".
Los últimos dias antes del rescate financiero fueron marcados por cambios de política y contradicciones por Rajoy. El presidente pidió que el fondo de rescate recapitalizará bancos el 28 de mayo, a pesar de decir al mismo tiempo que no iba a haber un rescate bancario. Ese día Rajoy compareció por primera vez en solitario desde que fue investido presidente.
El 2 de junio, pidió a los socios europeos que cedieran soberanía para construir una unión fiscal, cambiando por completo su discurso: tres meses antes, cuando decidió unilateralmente modificar los objetivos de déficit, aseguró que los presupuestos eran una cuestión de soberanía nacional.
La semana siguiente, dejó que fuera el ministro de Economía, Luis de Guindos, el que explicara el rescate bancario, y al mediodía siguiente salió ante la prensa con un discurso triunfalita. "Ayer ganó la credibilidad del euro ganó, ayer ganó el futuro, ayer ganó la Unión Europea", dijo entonces, 10 de junio.
Entonces, la polémica surgió cuando decidió ir a Polonia ese mismo día para ver el partido de fútbol de España en la Eurocopa, ya que consideraba que se habían arreglado los problemas. "La gente estaba asombrada de que fuera a Polonia", mantiene Jonathan Tepper, de Variant Perception. "Cosas como esta hacen que parezca completamente incompetente".
La reacción del mercado al rescate tampoco fue positiva. El rendimiento de los bonos a 10 años subió hasta 76 puntos básicos la siguiente semana, el mayor ascenso desde 1997. La opinión pública también empieza a reaccionar: una encuesta realizada por Sigma Dos para el diario El Mundo entre el 12 y el 14 de junio mostró que el 43% no aprobaba su gestión, más del doble que en enero.
Sin embargo, no todo el mundo culpa a Rajoy. Durante el G20, Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, criticó con fuerza a los líderes europeos. Es "asombroso" que sea algo negativo, dada la cantidad de dinero prometido. "La ejecución fue extremadamente pobre".