Grecia aparta el fantasma del default al lograr ya más del 75% de acreedores que han aceptado su oferta de quita de deuda. La cifra la acaba de confirmar un alto funcionario del gobierno heleno y supera ya el umbral necesario para sacar adelante su plan de canje. A las 21:00 horas finaliza el plazo.
Fuentes del gabinenete de Finanzas que cita el diario Financial Times creen que el porcentaje llegará hasta el 80%.
Esta cifra, a pesar de estar por debajo del 90% requerido inicialmente, permitiría a Grecia negociar con la troika.[BLOG| La quita griega: 8 claves para entender el baile de cifras y cuatro escenarios posibles]
Un alto funcionario del ejecutivo griego ha confirmado que el 75% de los tenedores de bonos ya han suscrito el acuerdo, informa Reuters.
Además, el portal griego in.gr detalla que esos acreedores que han aceptado el canje de los bonos (por valor de 143.000 millones) equivalen al 80% de los que se rigen por la legislación griega. De esta forma, el Gobierno griego ya estaría en disposición de activar las cláusulas de acción colectiva (mecanismo diseñado para forzar el intercambio) si fuese necesario, ya que uno de los requisitos indispensables era que el 66% de los bonos bajo la ley helena lo hubieran aceptado.
A las 21.00 horas de este jueves acabará el límite impuesto por el gobierno liderado por Lukas Papademos. Por ahora, los datos que se han filtrado descartan el peor escenario, que supondría que el canje no llegase a término y Grecia se vería abocada a un impago desordenado.
"Venizelos [ministro de Finanzas heleno] informó al gabinete que el canje de deuda va bien, no hay sorpresas", dijo a Reuters un ministro que participó en la reunión y pidió no ser identificado.
Según el director ejecutivo del Instituto Internacional de Finanzas (IFF), Charles Dallara, la participación de los acreedores "será altísima". Así, se ha mostrado muy optimista y ha asegurado que espera una amplia participación, aunque no se puede confirmar que vaya a llegar al 90%.
Desde el ministerio de Finanzas griego ayer ya se quiso transmitir tranquilidad y se aseguró que "no habrá problemas" para alcanzar el mínimo necesario para ejecutar el plan, el 66,7%.
Los principales bancos y aseguradoras de Alemania y Francia (Deutsche Bank, Commerzbank, Allianz, Munich Re, Societé Generale, BNP Paribas y AXA), los mayores tenedores de deuda griega, ya han aceptado las condiciones del gobierno griego. También han dado el sí al plan de quita el español BBVA, los italianos Intesa San Paolo y Unicredit, y los británicos Royal Bank of Scotland y HSBC, entre otros. Los mayores bancos helenos y la mayoría de los fondos de pensiones también han aceptado.
En Europa también hay optimismo en que el PSI salga adelante. De hecho, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha convocado a los ministros de finanzas del Eurogrupo para mantener el viernesuna conferencia telefónica, sin esperar tan siquiera a conocer el resultado del canje, dando por sentado que no habrá problemas. Está previsto que en esa reunión los ministros del euro desbloqueen el segundo rescate griego (valorado en unos 130.000 millones).
Del mismo modo, la Comisión Europea espera un resultado satisfactorio este jueves. El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha asegurado que "a partir de las informaciones que hemos recogido, el canje de deuda debería desarrollarse sin dificultades porque la operación sigue siendo interesante para el sector privado desde el punto de vista financiero".
El mejor escenario para Grecia es que el programa obtenga una participación del 90%, nivel que sería interpretado como una operación exitosa. Sin embargo, si no se llega a tal nivel masivo pero la participación es superior al 75%, Grecia consultará con sus acreedores del sector público, la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo si se acepta la oferta de intercambio y se puede seguir adelante con el canje.
Activación de las CAC
Las Cláusulas de Acción Colectiva -introducidas retroactivamente en los bonos- son un as que el Gobierno griego se guarda en la manga, pero solo pueden aplicarse a los bonos emitidos bajo la ley griega (el 86% del total -177.000 millones).
Las Cláusulas de Acción Colectiva -introducidas retroactivamente en los bonos- son un as que el Gobierno griego se guarda en la manga, pero solo pueden aplicarse a los bonos emitidos bajo la ley griega (el 86% del total -177.000 millones).
Si los bonistas con un 66,7% de títulos emitidos bajo la ley griega aceptan participar (118.000 millones), Grecia puede activar los CAC y forzar a todos los inversores sujetos a la ley helena a participar (lo que elevaría automáticamente la aceptación a 177.000 millones). Según los últimos datos conocidos, el Gobierno griego estaría en condiciones de poder activarlos.
El riesgo de activar el CAC es que las agencias de calificación interpreten la operación como un impago efectivo, algo que llevaría a la activación de los CDS, seguros con los que los inversores que compraron deuda griega se protegieron ante un posible 'default'.
Si el canje de deuda es inferior al 75% y no se logra el umbral necesario para activar las CAC, Grecia está dispuesta a abandonar el acuerdo. Y sin el pacto con los acreedores privados por la quita la 'troika' no dará el visto bueno para desbloquear el segundo rescate, ya que dejó bien claro que el acuerdo con los tenedores es una condición indispensable para recibir la ayuda.
De llegar a este caso, Grecia se vería abocada a salir del euro y a un impago desordenado que nadie quiere imaginar y que podría desembocar en un caos financiero en los mercados globales igual o peor al que provocó la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.
Sobre la conveniencia de que Grecia siga en el euro se refirió ayer Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas alemán, que reconoció haber hablado "abiertamente" con su homólogo griego, Evangelos Venizelos, sobre si no sería mejor que Grecia dejara el euro. Sin embargo, el responsable alemán afirmó que el compromiso del gobierno griego para seguir es total y que las autoridades helenas están decididas al 100% a continuar formando parte de la moneda única europea.