La activación de los swaps de incumplimiento crediticio decretada el viernes no ha hecho más que dar cuenta de la quiebra real y efectiva de Grecia, aunque por cierto la palabra quiebra asusta, y con razón, a los medios de comunicación que se han esmerado en evitarla. Prefieren emplear el término “evento de crédito”, como lo denomina la International Swaps and Derivatives Association (ISDA). Sin embargo, tal como anunciamos en este post, la quiebra efectiva de Grecia se ha producido. Es más: Grecia ha protagonizado la quiebra más estruendosa de un país desarrollado.
Durante todo este período de dimes y diretes, y de errores y horrores para la economía europea, el bien elaborado plan de la troika (BCE, UE, FMI) permitió dejar en buen pie a los bancos alemanes y franceses. Estos bancos serán los más beneficiados con el salvataje, dado que recibirán la mayor parte del dinero que se prestará al pueblo griego. Como hemos señalado en otros artículos, nada de este dinero irá para suplir las falencias y carencias en educación, salud y protección social de Grecia. Todo se lo lleva la banca, y de ello se encargarán los funcionarios del FMI y del BCE que se han instalado en Atenas para vigilar cada euro que entra y sale.
La quiebra de Grecia no es un incidente menor y en pocas semanas veremos hasta qué punto el plan de la troika logró crear un cortafuegos creíble que evite la expansión del incendio hacia los países que siguen en esta linea de conflicto: Italia, Portugal y España. Ya advertimos que será en España donde se librará la batalla final por el destino del euro.
Aunque durante las últimas semanas se ha desarrollado el mito de que los acreedores privados aceptarían pérdidas significativas de la deuda griega, la realidad es que los acreedores privados no perderán ni un euro dado que el grueso de las pérdidas recaerán en los acreedores públicos, es decir, los contribuyentes. Para los privados se ha elaborado un complejo sistema de pagos a lo largo del tiempo (30 años) que Grecia se verá obligada a cumplir, a costa de sacrificar los salarios internos y los fondos de pensiones. Y si el objetivo del plan era reducir el déficit griego desde el 160% del PIB al 120% del PIB hacia el 2020, con la reestructuración de la deuda el déficit solo podrá reducirse en 2 puntos, al 158% del PIB.
Esto es porque despúes de cinco años de recesión, la economía griega sigue hundiéndose. como dan cuenta todos los indicadores. La producción industrial cayó más de un 7% en diciembre; el PIB real descendió un 18% en el último trimestre del año pasado, mientras el desempleo llega al 21% y el desempleo juvenil supera el 50%. El FMI ya ha advertido que Grecia necesitará un nuevo plan de rescate para 2014-2015, y los mercados financieros han comenzado a especular sobre ello. Por otra parte, la balanza comercial helena ha encadenado una década con déficit, por lo que el país no tiene ninguna vía de ahorro ni de generación de recursos para pagar la deuda.
La cruel ironía es que las exigencias de la troika de reducir los salarios reales, destruir los derechos sindicales y las condiciones laborales, y masacrar al sector público mediante recortes y privatizaciones, no podrá hacer el milagro de hacer que Grecia retome una senda de competitividad y crezca lo suficiente para satisfacer las metas fiscales exigidas por los líderes del euro. Grecia se encuentra en una recesión muy profunda y estas medidas no hacen más que dar más gravedad a su situación. No podrá pagar ni siquiera los intereses de la deuda y estos, por la magia del interés compuesto terminarán asfixiando al país.
Esta debilidad del crecimiento, que durante 2012 tenderá a generalizarse en varios países europeos, obligará a echar por tierra los objetivos presupuestarios y las exigencias de déficit impuestas por la troika. Todo el pacto fiscal se hará pedazos si los países no logran generar ingresos y si la tendencia de la deuda sigue aumentado. Ante esta situación, ¿qué harán los líderes europeos? ¿seguir inyectando dinero a la banca y mantener a los países en el respiradero artificial? ¿Cuánto tiempo falta para reconocer que el sistema financiero es un sistema zombi? ¿Darán de beber los griegos la cicuta a Mario Draghi y compañía?